04 diciembre, 2006

¡Cuidado! Su cerebro puede sufrir un lavado grave

Como parte de un experimento socio-psicológico, sería interesante estudiar por qué demonios hay cancioncitas, cuanto más estupidas mejor, que se nos clavan en lo más profundo del pensamiento y que nos sorprendemos tarareando, cantando o silbando cada cierto tiempo, para luego darnos cuenta y poner mirada sospechosa de: "¿Pero qué estoy haciendo?"
Claro ejemplo actual:

Los animales de dos en dos ¡uah! ¡uah!,

los animales de dos en dos ¡uah! ¡uah!,

los animales de dos en dos,
el alce y la vaca diciendo adios
se metió en el arca
y al chaparrón venció,

los animales de dos en dos ¡uah! ¡uah!,

los animales de dos en dos ¡uah! ¡uah!,

los animales de dos en dos .....

¿No es lo más ridículo que os podeis echar a la cara alguien que, en un momento de máxima concentración en el trabajo, en la soledad de su coche mientras conduce o en la intimidad cancionera de la ducha se dedique a cantar algo semejante?
Sin embargo me atrevería a apostar que no es uno, ni dos. Si no multitud. Que el sr. León ya nos ha explicado que los publicistas no hacen nada por casualidad.
La pregunta es: dentro de algún mesecillo ¿alguien se acordará del Altea XL? Y entonces, ¿por qué narices en las conversaciones absurdas (frecuentemente etilizadas) esta canción seguira saliendo a relucir?

Si es que somos como borregos xD Que fácil es llegarnos al corazón.

No hay comentarios: