22 noviembre, 2006

Nos prometimos el mar

SAN PEDRO

Una noche de buen vino y de mejor compañia
anduvimos por la calle, hasta aplastarnos el día.
Y nos bañamos vestidos, como en un día de boda.
En la villa de San Pedro vi el paraíso en su boca.

Y su madre en la cocina preparándole la cena,
nadie cena como en casa si la que guisa es mamá.
El mundo ajeno a lo nuestro iba a su velocidad...
mientras que ella y yo, anudados, nos prometimos el mar.

Nos prometimos el mar lleno de vida y de sal,
llenamos el corazón, violencia y calma a la vez:
él es el mismo traidor. Azul o verde da igual...
Nos prometimos el mar.

Y me he pasado las horas apoyado en la farola
que daba luz a su puerta solo por verla pasar.
Aguantando las tormentas por regalarle una rosa,
rosa que nunca le dí: ya no la volví a ver más.

Nos prometimos el mar lleno de vida y de sal,
llenamos el corazón, violencia y calma a la vez:
él es el mismo traidor. Azul o verde da igual...
Nos prometimos el mar.

Uno y una no son dos: uno y una es lo que es.
Y un día yo tomé mi senda y ella la suya también.
Y si el destino quisiera hacer con las dos un lazo,
me agarraré a su cintura y haré un nudo con mis brazos
porque una noche sin luna: nos prometimos el mar.

La vida son 4 días y yo por el tercero voy.
Y ese día que me queda lo soñé para los dos...
pero si por una de estas ella no vuelve a pasar:
recordaré que, en San Pedro, nos prometimos el mar.

Nos prometimos el mar lleno de vida y de sal,
llenamos el corazón, violencia y calma a la vez:
él es el mismo traidor. Azul o verde da igual...
Nos prometimos el mar.



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